7 de diciembre de 2010

El cerebro adicto

Jose María comenzó a consumir cannabis con 13 años, después cocaína y se hizo narcotraficante para poder atender a sus propias necesidades. Sus padres lloraban y él no sentía nada, incluso solo sentía desprecio hacia ellos.

 Lo que le pasaba era que tenía un fenotipo vulnerable, lo mismo que les pasa a otras personas debido a factores psico-sociales, susceptibilidad biológica, rasgo de personalidad de búsqueda de sensaciones, se dan ciertos trastornos mentales que ocurren simultáneamente con la drogadicción o que la preceden.

 Hay receptores de cannabinoides en el SNC (CB1) y también hay receptores en el Sistema Inmune, etc. Estos receptores son los más abundantes y se sabe que los cannabinoides afectan en el ámbito de la emoción produciendo efectos reforzantes positivos.

Casi todas las drogas de uso tienen propiedades terapéuticas. En el caso de los cannabinoides ocurre exactamente igual, pero nada de esto tiene que ver con le efecto reforzante que crea dependencia.

 Se hicieron experimentos con ratas para averiguar si el consumo de cannabinoides en la adolescencia puede afectar al consumo de otras sustancias posteriormente. Se expuso a los animales a un cannabinoide sintético durante 11 días (un transcurso importante de vida en humanos). Después de 100 días, se somete al animal a un procedimiento para que él solo pueda suministrarse la droga que quiera a través de un catéter, es a lo que se le denomina “auto-administración intravenosa de droga”. Una vez que la droga entra en el organismo lo que ocurre en animales y humanos es muy similar.

 Sin embargo, no se comportan igual hombres y mujeres en el consumo de drogas. Las hembras expuestas al cannabis en la adolescencia, cuando son adultas se administran más cocaína que los machos. Además, también se les hizo un escáner a los ratones y se vio que en sujetos adultos expuestos al cannabis en la adolescencia puede haber cambios en el metabolismo cerebral.

 Otras sustancias son las drogas de síntesis (por ejemplo: EVA, éxtasis, MDA, etc). Son sustancias muy fáciles de sintetizar en laboratorios clandestinos y dañan las terminaciones finas de los receptores de serotonina. En el hipocampo (aprendizaje y memoria) se distinguen varias zonas en las que hay muchas terminaciones afectadas por drogas de síntesis. También causan daños neurotóxicos (afectan al SNC reduciendo la funcionalidad del sistema serotoninérgico) y la destrucción de axones. A largo plazo hay crecimiento de las ramas destruidas de las neuronas, pero nacen con un patrón diferente, es decir, se cambian los circuitos cerebrales. Este es un grave daño neuronal que altera las facultades cognitivas.

 Todo esto es extremadamente preocupante porque se sabe que el cerebro no está mielinizado hasta aproximadamente los 20 años (hasta esta edad todavía es un nivel de inmadurez). La mielina permite que el mensaje nervioso se transmita con gran rapidez y se sabe que las primeras áreas que maduran más tarde son precisamente áreas que tienen que ver con la emoción e importantes en la toma de decisiones. Jóvenes de 15 años están expuestos a drogas y no tienen totalmente desarrollada su capacidad de juicio.

  A esas edades se inician los trastornos mentales y a partir de los 13 se instaura la drogadicción. Esto puede influir en los fenotipos más vulnerables que comentábamos al principio. La dopamina está muy relacionada con la adicción; el número de receptores D2 tiene que ver con la experimentación de sensaciones agradables y nos demuestra que es cierto que puede haber una cierta susceptibilidad biológica en personas que tienen bajos receptores.

 En ciertos sujetos se instaura la dependencia pronto y cuando se instala ya no hay vuelta atrás, es apersona es adicta de por vida (podrá mejorar, pero siempre será ex-adicto y recaerá inmediatamente si hay estrés o si prueba de nuevo la sustancia). El consumo es compulsivo, puede más que su voluntad. El abuso se puede pasar (por ejemplo: fumador que ha dejado de fumar), pero la dependencia no (por ejemplo: fumador que lo ha dejado muchas veces). La drogadicción causa alteraciones irreversibles.

 Por último, podemos comparar la adicción a las drogas a la ludopatía ya que tiene mecanismos de acción muy similares al igual que la obesidad, pues tiene también un componente adictivo (la compulsión).

 Siendo profesionales de la salud, los psicólogos (y futuros psicólogos) deberíamos conseguir que, al igual que ocurre en otros países, los tratamientos de estas personas se mantengan de por vida, ya que es una enfermedad que tiene recidiva y puede haber otras muchas complicaciones orgánicas (infecciones, alteraciones cardíacas, etc) y psicológicas (depresión, ansiedad, esquizofrenia, paranoias, obsesiones, etc). Por ejemplo, hay personas que tienen diabetes y tienen su tratamiento de insulina durante toda la vida a cargo de la Seguridad Social, igualmente ocurre con personas con hipertensión, etc. A la larga esto sería verdaderamente rentable para toda la sociedad.